7. El centro educativo como espacio de paz y prevención de la violencia contra las mujeres

El centro escolar es uno de los espacios privilegiados para aprender a relacionarse con actitudes de
respeto y paz, resolviendo los conflictos de forma pacífica y enriquecedora. 

Es importante recordar que la violencia hacia las mujeres se manifiesta a través de muchos tipos de conductas y no se limita a las agresiones claramente manifiestas, como insultos o golpes, sino que abarca todas aquellas situaciones de desigualdad y discriminatorias que habitualmente aparecen como formas de trato cotidianas y normalizadas que padecen las mujeres por el hecho de serlo. Muchas de las situaciones de violencia contra las mujeres se toleran como normales por tradición, costumbre o por no darles la importancia que tienen al considerarlas juegos o “cosas de niños”. Para evitar estas situaciones es fundamental visibilizar y nombrar aquellas conductas que de una u otra forma atentan contra las niñas y las mujeres.

Con el objetivo de educar desde la resolución de conflictos de forma pacífica y no sexista, enseñando a prevenir la violencia machista, el conjunto de la comunidad educativa debe asumir el compromiso con la construcción de un espacio libre de violencia y la formación para la paz. Algunas de las medidas que podemos adoptar son: 

✎ Visualizar y nombrar las distintas situaciones de violencia contra las mujeres que se establecen en la comunidad educativa. Es fundamental que las alumnas y alumnos, así como toda la comunidad educativa, distingan y puedan definir cuáles son las situaciones de violencia y agresión machistas, para poder evitarlas, denunciarlas y tratarlas. 

✎ Incorporar en el Plan Integral de Convivencia del centro propuestas de prevención, detección e intervención para el tratamiento de problemas de convivencia y, especialmente, para los de violencia sexista (psicológica, verbal y física). 

✎ Es básico que el centro cuente con modelos de actuación para los casos de violencia sexista: pintadas, insultos, discriminaciones, homofobia, etc., aunque es preciso atenerse a cada caso sin generalizar. 

✎ Cuestionar los mensajes sexistas con que es bombardeado el alumnado en los diferentes ámbitos de su vida privada y desde la televisión, el cine, la publicidad, los videojuegos, internet, cómics y otras formas de ocio. 

✎ Introducir en el currículum valores positivos atribuidos a las mujeres, como son los cuidados, la empatía, la cooperación, la afectividad, el espacio privado, y aquéllos positivos atribuidos a los varones, como son la asertividad, el espacio público, la autonomía…, de manera que las alumnas y alumnos se abran a un mundo de oportunidades y vivencias e incorporen competencias que tradicionalmente pertenecían sólo a uno u otro sexo. 

✎ Enseñar a resolver conflictos de forma positiva, comprendiendo que la resolución no violenta de los conflictos que forman parte de la vida cotidiana de las personas puede ser una fuente de aprendizaje y de crecimiento personal. 

✎ Distinguir entre “diferencia” y “desigualdad”, ya que su confusión genera situaciones de dominación/sumisión y es fuente de conflictos y enfrentamientos. 

La prevención de la violencia contra las mujeres es mucho más que evitar gestos y actitudes sexistas o de violencia, verbal o física. Implica valorar los sentimientos, saber escucharlos y expresarlos de una forma justa, sin chantaje, aceptando los conflictos como posibilidad de crecimiento personal y colectivo.

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6. La orientación escolar, vivencial y profesional

 Desde los primeros años de escolarización, las niñas y los niños comienzan a imaginarse cómo serán de mayores, cuál será su profesión y con quién y cómo vivirán. Así, desde los primeros cursos podemos realizar una labor de acompañamiento en la que les ayudemos a expresar sus deseos, a conocer sus aptitudes, desarrollar y entrenarse en habilidades e interpretar las distintas opciones que tienen en las diferentes etapas, libres de estereotipos sexistas. 

La orientación, por tanto, es un proceso continuo a lo largo de todo el proceso educativo, que tiene como objetivo el desarrollo integral de las capacidades del alumnado, en relación con las distintas opciones formativas, profesionales y vivenciales. 

Es muy frecuente encontrarnos en situaciones donde las chicas definen su proyecto vital desde la compatibilidad de la vida profesional y su vida privada de relaciones y afectos. Mientras que los chicos suelen proyectarse exclusivamente en el mundo profesional, olvidando las opciones de relación y cuidado. Sobre unas y otros pesan los estereotipos que limitan sus elecciones libres, responsables y plenas. Para atender a todas las facetas de la vida, es importante que sean conscientes de que deben desarrollar sus capacidades de pensamiento, emocionales, de cuidado, de relación y afectivas. ¿Cómo podemos ayudarles a elegir desde la libertad y el reconocimiento de lo que realmente desean y para lo que tienen capacidad? ¿Cómo enseñarles a valorar las distintas opciones de la vida? Te recomendamos algunas propuestas e ideas… 

✎ Desde los primeros cursos, anímales a explorar todas sus posibilidades, imaginando, sopesando y proyectándose en distintas situaciones laborales, personales y sociales. 
✎ Para contrarrestar los modelos de socialización estereotipados que dictan los comportamientos en la vida privada y pública, muéstrales y ayúdales a conocer experiencias de mujeres y hombres, en profesiones no tradicionales y en la vida cotidiana. 
✎ Potencia el desarrollo singular de cada alumna y cada alumno, fijándote en aquello por lo que muestran interés y viven con entusiasmo. 
✎ Ten especial cuidado para que tanto ellas como ellos realicen todo tipo de tareas y no se estanquen en actividades que se consideran “naturales” para uno u otro sexo.
✎ Subraya la importancia de la vida cotidiana en la construcción del proyecto de cada persona. Es importante enseñarles que los trabajos que genera la vida cotidiana son necesarios para vivir y convivir, por lo que tanto mujeres como hombres deben realizarlos, corresponsabilizándose, aprendiendo a responsabilizarse de sus propias necesidades y teniendo en cuenta las de las personas con las que conviven. 
✎ Enséñales a valorar el tiempo, su inversión y utilización para las distintas facetas que requiere la vida, como la atención a los demás, el autocuidado, el descanso, las labores escolares, el tiempo para pensar en lo que viven… y a respetar el tiempo de las demás personas. 

Desde la orientación podemos contribuir a la igualdad, acompañando a las alumnas y alumnos para que elijan de forma responsable y libre entre las distintas opciones profesionales, proyecten el modelo vital que desean y sean conscientes de la importancia que tiene la corresponsabilidad en la vida privada, el cuidado de sí y el compromiso activo con la comunidad.

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5. Educar en relación

 Como profesoras y profesores somos muy conscientes de que establecemos relaciones con nuestras alumnas y alumnos basadas en la confianza y el apoyo, que serán fundamentales para que desarrollen las estrategias necesarias, para aprender a aprender, para convivir con los demás, comprometerse con su entorno y lograr un desarrollo de su identidad, seguro y equilibrado. 

Las personas que educamos necesitamos que reconozcan nuestra autoridad para de esta forma enseñarles a aprender y, por su parte, las alumnas y alumnos necesitan saber que les consideramos personas especiales y únicas, con su propia forma de ser y de expresarse. Tal y como expresa Concepción Jaramillo: “La autoridad para enseñar se sustenta en el hecho de que mis alumnas y alumnos reconozcan que yo tengo algo que aportarles, algo que estoy dispuesta a intercambiar y, además, por mi capacidad para reconocer lo que ellas y ellos tienen y no tienen, por darles la palabra y estar interesada en recibir”. 

Sin embargo, el peso de los estereotipos hace que con demasiada frecuencia establezcamos pautas grupales que nos llevan a tratarles de forma distorsionada. Por ejemplo, con demasiada frecuencia, y con la intención de no discriminar a las chicas, hacemos como si todas y todos fueran iguales. O, por el contrario, reconocemos las diferencias relacionadas con el sexo, de forma estereotipada, comparando la actitud de las alumnas con la de los alumnos y viceversa. 

Para que la relación educativa sea auténtica y se establezca desde el reconocimiento único de cada alumna y cada alumno, y para que permita que se expresen de forma libre, te sugerimos algunas propuestas y reflexiones: 

✎ Observa a cada alumna y a cada alumno cómo son realmente, intentando separarte de la idea preconcebida y estereotipada que tienes de cómo deben comportarse unas y otros. 
✎ No establezcas comparaciones entre las alumnas y los alumnos.
✎ Escucha a las chicas por sí mismas y no en función de los chicos o en comparación con ellos. 
✎ Crea un clima de confianza en el que todas las alumnas y alumnos sientan la seguridad para expresarse, intercambiar opiniones, equivocarse, discernir o resolver conflictos de forma pacífica. 
✎ Escucha los sentimientos, reflexiones y deseos de cada alumna y cada alumno, tomando en serio y respetando sus sentimientos, reflexiones y progresos. 
✎ Relaciónate de forma singular con cada alumna y cada alumno, mostrando interés por su forma de ser, así como por sus particularidades. 
✎ Confía en la capacidad de cada una de las alumnas y de los alumnos para hacerse preguntas, sacar lo mejor de sí, ampliar su formación y conocimientos, enseñarle a confiar en sus capacidades y buscar su propia forma de desarrollarlos. 
✎ Establece metodologías participativas y de trabajo grupal que les permitan aprender a escucharse, colaborar y aprender del resto de los compañeros y compañeras, desde el respeto y el reconocimiento mutuo. 
Los estereotipos de género desaparecen cuando nos relacionamos con las alumnas y alumnos desde la escucha y el respeto. 

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4. Los contenidos curriculares y los materiales didácticos

 A través de los contenidos escolares, los materiales didácticos e internet enseñamos una determinada concepción del mundo y de la sociedad que incluye conceptos, creencias, valores y actitudes acerca de lo que las diferentes sociedades y épocas históricas han considerado que son los hombres y las mujeres y el papel que desempeñan en ellas. 

Estas concepciones no son las mismas en todos los lugares y en todas las épocas, tienen un carácter histórico y, por tanto, modificable. Pero lo que sí es común en la mayoría de los casos es una visión androcéntrica de los contenidos escolares, según la cual la experiencia de las mujeres, su trabajo y sus aportaciones a la cultura y al conocimiento no han merecido la consideración suficiente para ser recogidos, conservados y transmitidos. 

Por ello, es necesario seleccionar y desarrollar los contenidos escolares, de manera que en ellos se incluyan los saberes y la experiencia que las mujeres y los hombres aportan y han aportado al conocimiento humano. De igual modo, es preciso seleccionar los materiales didácticos con un criterio que tenga en cuenta la presencia de representaciones y contenidos referidos tanto a mujeres como a hombres. Ésta es la manera de evitar la reproducción de estereotipos y la infrarrepresentación e infravaloración de las mujeres y de sus trabajos, actividades y aportaciones. 

Te ofrecemos algunas ideas para el desarrollo de los contenidos desde la igualdad: 

✎ Revisa los libros de texto que vas a recomendar a tu alumnado, de forma que no contengan imágenes, lenguaje o contenidos sexistas. 
✎ Elige aquellos libros que aporten el conocimiento de las mujeres y hombres. No des una visión androcéntrica de los conocimientos, puedes resolverlo haciendo hincapié en la perspectiva de género en cualquiera de los contenidos que se llevan al aula. 
✎ Incluye entre los contenidos el análisis crítico de todos aquellos obstáculos ha habido que para la igualdad a lo largo de la historia: prejuicios y estereotipos de género, ideologías no igualitarias, etc.
Crea una biblioteca de aula y de centro, que incorpore libros sobre la historia de las mujeres, biografías y manuales de investigación. 
✎ Utiliza metodologías activas y participativas en las que las alumnas y alumnos construyan el conocimiento, por medio de la investigación y el trabajo en equipo. De esta forma puedes dirigirles, para enseñarles a aprender con una visión inclusiva que tenga en cuenta la realidad, contribución y experiencias tanto de las mujeres como de los hombres. 
✎ Recurre a los seminarios de investigación y bibliotecas especializadas que se encuentran en las universidades, donde podrás encontrar interesantes genealogías femeninas, historias de las mujeres e investigaciones desde la perspectiva de género. 
✎ Utiliza internet como recurso para el desarrollo de contenidos. En la red encontrarás un número importante de páginas web y blogs que están contribuyendo a difundir la historia y contribución de las mujeres al saber. 
✎ Enseña la historia del feminismo en los contenidos de la asignatura de educación para la ciudadanía y en otras materias relacionadas.
 ✎ Introduce en las asignaturas saberes cotidianos, es decir, saberes conectados a lo que ocurre en la vida real y a la necesidad de que lo hagan mujeres y hombres. 
✎ Revaloriza el conocimiento cotidiano de tus alumnas y alumnos, así como de su entorno familiar, de forma que aprecien los saberes transmitidos por sus abuelas y madres. 

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3. La utilización de un lenguaje no sexista donde mujeres y hombres estén representados

 Todas las personas que trabajamos en educación sabemos que el lenguaje es el elemento básico de la práctica educativa, no sólo porque nos relacionamos a través de las palabras, sino porque es un instrumento de representación simbólica de la realidad a través del cual construimos y transmitimos el conocimiento. El lenguaje está en la base de todas las relaciones humanas y también por tanto de las educativas. Hasta tal punto es importante, que las alumnas y alumnos hacen suyo el conocimiento cuando reconocen las palabras que lo designan, utilizándolas para interpretar, comunicar, expresar y crear nuevas realidades. Es decir, cuando les regalamos o ayudamos a descubrir una nueva palabra o a designar con sus palabras la realidad, avanzan en el conocimiento y enriquecen su existencia. 

Cuando el lenguaje no expresa y se esconde en el masculino pretendidamente neutral, estamos robando la existencia de las mujeres y de las niñas, su realidad, ocultando el hecho de que si el mundo es uno, los seres que lo habitan pertenecen a dos sexos diferentes. Equiparar lo masculino a lo universal es invisibilizar a las mujeres.

En educación es fundamental utilizar un lenguaje no sexista porque: 

✎ Las mujeres y las niñas necesitan reconocerse y ser reconocidas en las palabras que expresan la realidad, construyendo y transmitiendo el conocimiento. Es una necesidad existencial que no depende de normas. 
✎ Las alumnas y alumnos necesitan apropiarse del lenguaje para decirse en primera persona, tales como son, y reconocer a ambos sexos con sus necesidades, deseos, inquietudes, relacionarse con su entorno y aprender. 
✎ La realidad de las mujeres y las niñas sólo se hace visible cuando en los libros de texto y en los contenidos escolares utilizamos el femenino y el masculino. 
✎ Nombrar a las mujeres, y no sólo a los hombres, en los contenidos escolares significa subrayar simbólicamente su existencia y darles relevancia en el conjunto de los aprendizajes. 
✎ A través del lenguaje podemos imaginar nuevas realidades, vislumbrar otras maneras de hacer las cosas o de interpretar el mundo. Por ejemplo cuando incorporamos la palabra médica, ministra, cuidador o enfermero… se fueron abriendo nuevas posibilidades a profesiones que tradicionalmente pertenecían a uno u otro sexo, abriendo puertas a nuevos caminos. 
✎ El lenguaje nos ayuda a concebir, nombrar e imaginar formas diferentes de ser hombre y mujer. 
✎ Nombrar a ambos sexos implica hablar de lo que las mujeres y los hombres hacemos, creamos, sentimos, aportamos, sentimos y experimentamos. 

Es imprescindible la utilización de un lenguaje que represente y esté habitado por mujeres y hombres para hacer visible su contribución, fomentar la participación y convivencia en igualdad, así como evitar la violencia y los estereotipos.  

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2.La organización y participación en el centro

 En el contexto escolar no sólo se aprenden los contenidos previstos en las asignaturas, sino que en los espacios de convivencia se establecen y transmiten valores, actitudes y comportamientos relacionados con la igualdad entre los sexos. Todo educa. Cada gesto, cada decisión, la forma en que nos dirigimos al alumnado, la planificación de actividades, el uso de espacios, el lugar que ocupan las mujeres en el organigrama del centro e incluso la forma en que informamos a través de las cartas o notificaciones. Todos los elementos y variables transmiten el concepto y el valor que adjudicamos a los hombres y a las mujeres y marca los vínculos que se establecen entre las personas que conviven diariamente en el centro escolar. 

Por esta razón, es importante que todas las personas que formamos parte de la comunidad educativa tomemos conciencia de las situaciones de desigualdad que en muchas ocasiones forman parte de una rutina basada en estereotipos y prejuicios y lideremos un proceso de cambio que sin duda nos beneficiará, generando relaciones más democráticas, justas y solidarias.

Algunas de las líneas en las que podemos incidir son: 

✎ La incorporación del principio de igualdad en el proyecto de centro, curricular y de convivencia. 
✎ La incorporación del principio de igualdad en el reglamento interno del centro. 
✎ La presencia equilibrada de mujeres y hombres en todos los espacios de decisión y participación. 
✎ Potenciar la utilización de los espacios del centro con libertad y seguridad por parte de alumnas y alumnos. 
✎ La visibilización de las mujeres en todos los aspectos de comunicación del centro. Por ejemplo, nombres de aulas, biblioteca, actividades, la web del centro, el periódico escolar… 
✎ El establecimiento de relaciones de intercambio, información y trabajo conjunto con asociaciones y organismos de igualdad. 
✎ La utilización de un lenguaje no sexista e inclusivo tanto en las comunicaciones escritas como orales. 
✎ La adaptación de los horarios y actividades escolares a las necesidades de conciliación de la vida personal, familiar y laboral de las personas que trabajan en el centro y de las familias. 
✎ La revisión del currículum y materiales que se utilizan tanto en las aulas para que incluyan la realidad de las mujeres y no tengan estereotipos sexistas, como en la biblioteca o en las actividades extraescolares. 
✎ La programación de actividades de educación en igualdad dirigidas tanto a las trabajadoras y trabajadores de la enseñanza, como a las familias y al alumnado. 
✎ La incorporación en el currículum escolar de contenidos de igualdad, como son la prevención de la violencia contra las mujeres, los saberes relacionados con el ámbito doméstico y el cuidado, la historia de las mujeres y las relaciones afectivo-sexuales. 
✎ La revisión de la metodología pedagógica, incorporando elementos de participación, cooperación e investigación que potencien el conocimiento mutuo y las relaciones de respeto entre chicas y chicos.

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1. La visibilización del currículum oculto

 Al centro educativo asisten alumnas y alumnos con diferentes expectativas, necesidades y
experiencias, definidas por el hecho de pertenecer a uno u otro sexo. El alumnado neutro y universal no existe. Sin embargo, el sistema educativo que hoy conocemos fue concebido, en un principio, para formar al alumnado en el marco de socialización patriarcal que llevaba funcionando desde hacia siglos y que definía el papel que los hombres debían desempeñar en el mundo público y las mujeres en el mundo privado. 

Este escenario no cambió cuando se aprobó la educación mixta y aún hoy se resiste a transformarse, por lo que las alumnas se incorporan a un espacio que les resulta, como mínimo, ajeno, ya que ignoran, en gran parte, la realidad histórica y social de las mujeres, sus necesidades, las dificultades para moverse en un mundo que ha conseguido la igualdad legal, pero que aún tropieza con obstáculos para llegar a una igualdad real. No transmite, por no considerarlos fundamentales, los saberes y conocimientos que han ido transmitiéndose de madres a hijas en la creación, el cuidado y el mantenimiento de la vida y las relaciones. No cuenta la historia de las mujeres y las distintas etapas en la conquista de sus derechos. Y oculta los nombres y la contribución de las mujeres a los distintos campos del saber y al desarrollo de la humanidad. 

La vigencia de ese modelo, mal llamado neutro, que no tiene en cuenta las necesidades de las alumnas y alumnos, dificulta su desarrollo personal. A las alumnas les cuesta encontrar referentes con los que identificarse, sentirse valoradas y autorizadas para habitar la escuela con autonomía y libertad o participar en igualdad en los ámbitos de decisión o en los proyectos educativos y vitales. A los alumnos les es complicado encontrar los caminos para su pleno desarrollo en los aspectos relacionados con las emociones, el cuidado, la relación y los afectos, que son indispensables para proyectar una vida plena y responsable. 

Para que este modelo de escuela, que se dice neutro y universal, tenga en cuenta la presencia y las necesidades específicas de unas y de otros, de forma que el conjunto de la comunidad educativa se beneficie de sus contribuciones, es necesario desenmascarar la falsa neutralidad y visibilizar en qué medida están presentes las mujeres y las niñas, en todos los componentes de la vida del centro y las situaciones que las discriminan. 

Situaciones como la invisibilidad de las mujeres y de sus acciones en la historia, la ciencia, el arte, la política, las matemáticas, etc.; en los libros de texto y materiales de aula, la opacidad del lenguaje, pretendidamente genérico, que invisibiliza a la mitad de la humanidad, el tratamiento secundario, el menor reconocimiento y refuerzo de las alumnas por parte del profesorado, las normas y el uso de los espacios escolares, la no incorporación de la formación afectiva-sexual, así como el tratamiento de la prevención de la violencia escolar, sin tener en cuenta a las niñas y a las mujeres y la ausencia de las tareas que tradicionalmente han correspondido al ámbito doméstico en los currículums escolares, son algunas de las variables que dificultan la educación en igualdad. 

Mostrar el currículum oculto es desvelar las trampas de la discriminación y dar paso a una educación que se enriquezca con la presencia y participación plena de las mujeres y los hombres.

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Avanzamos de la educación mixta a la coeducación

Es necesario que las alumnas y alumnos compartan el aula para aprender a conocerse, respetarse, descubrir conjuntamente experiencias, trabajar en equipo y cooperar. En definitiva, relacionarse desde el respeto de forma pacífica y responsable. Desde este espacio compartido nuestro objetivo es llegar a desarrollar un modelo coeducativo que enriquezca la experiencia del centro, con nuevas propuestas metodológicas, de relación, organizativas y curriculares, eliminado los obstáculos y situaciones de discriminación contra las mujeres, que actúan en el currículum oculto; transformando el centro en un espacio amable y democrático donde todas las personas de uno y otro sexo se sientan reconocidas y participen de forma responsable y plena, libres de los estereotipos sexistas, en el proceso educativo. Para el desarrollo del modelo coeducativo, es conveniente elaborar un plan de igualdad en el que participen el conjunto de las personas que intervienen en la comunidad educativa. Como apartados de este plan podemos plantear:

1. La visibilizarían del currículum oculto. 
2. La organización y participación en el centro. 
3. La utilización de un lenguaje no sexista donde mujeres y hombres estén representados. 
4. La revisión y cambio de los contenidos curriculares y los materiales didácticos. 
5. La educación en relación. 
6. La orientación escolar, vivencia y profesional. 
7. La vivencia del centro educativo como espacio de paz. 

La coeducación es un reto para el conjunto de la sociedad que, a través de la educación en nuevos valores, anula las situaciones de discriminación, caminando hacia la igualdad de derechos y oportunidades definidas, teniendo en cuenta a ambos sexos y aprendiendo de lo que han creado y sostienen las mujeres, que es fundamental para la vida y la convivencia humana, especialmente el amor, y propiciando que las alumnas y los alumnos aprendan a relacionarse desde el reconocimiento mutuo, de forma que puedan expresar formas singulares, originales, diversas, pacíficas y libres de ser mujer y de ser hombre. 

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Comprendemos el significado de la educación en igualdad

 A veces la palabra igualdad es interpretada de forma errónea, como si se tratara de eliminar las diferencias que hay entre chicas y chicos, haciéndolos idénticos, o se intentara que ellas fueran como ellos. Pero no debe ser así. Precisamente la igualdad valora la diferencia, que es una riqueza, pero no la desigualdad, que significa injusticia, violencia y dominación de un sexo sobre otro. Recordemos que durante siglos, y aún hoy, en algunos lugares del mundo el destino de las mujeres estaba predestinado desde su nacimiento, limitando su existencia, su autonomía y su libertad. Por el contrario, la educación en igualdad abre un mundo de oportunidades, derechos y vivencias positivas, algunas de las cuales tradicionalmente pertenecían sólo a uno u otro sexo. También es necesario revisar en todo momento las costumbres y códigos que estaban asociados a un sexo y que no resultan deseables ni beneficiosos para ninguno de los dos. La educación en igualdad…

 ✎ Favorece que las alumnas y alumnos puedan expresar sus formas singulares, originales, diversas, pacíficas de ser mujer y hombre.
✎ Enseña a relacionarse desde el reconocimiento mutuo, el respeto y la responsabilidad. 
✎ Erradica los estereotipos sexistas que impiden el pleno desarrollo intelectual, emocional, físico y social de las alumnas y alumnos. 
✎ Ayuda a tomar decisiones sobre el futuro personal y profesional en función de las aptitudes y expectativas, con seguridad sobre los derechos y sin que estén condicionadas por estereotipos sexistas. ✎ Enseña a las alumnas y alumnos la historia del feminismo, de forma que sean conscientes del significado de la discriminación histórica y del presente, así como de las aportaciones de las mujeres al conocimiento y desarrollo de la humanidad. 
✎ Desarrolla propuestas educativas que fomenten la corresponsabilidad en el espacio doméstico, los cuidados, la atención a los demás y la participación social. 
✎ Garantiza los mismos derechos y oportunidades para las alumnas y alumnos, atendiendo a su realidad y necesidades específicas. 
✎ Incorpora el conocimiento, los saberes, intereses y experiencias de las mujeres al currículum y a la práctica educativa. 
✎ Desarrolla un currículum que incorpora los saberes y aportaciones de las mujeres en todos los campos del conocimiento, el arte, la historia y la vida en general. 
✎ Prepara a las alumnas y alumnos para tener una actitud crítica y rebelarse ante aquellos mensajes y situaciones que discriminan a las mujeres en cualquier medio de comunicación, nuevas tecnologías o ámbito social.
✎ Desarrolla estrategias de participación de las mujeres y los hombres en la gestión y organización de la vida del centro. 
✎ Garantiza que el centro educativo sea un espacio amable, de paz y bienestar donde las alumnas y alumnos participen sin temor a la violencia o a la discriminación sexista, racial u homófoba.


La escuela coeducativa crea un ambiente de convivencia en el que tanto los hombres como las mujeres tienen la oportunidad de interpretar con libertad su diferencia sexual, masculina y femenina, y crecer hacia una ciudadanía responsable y democrática. Una ciudadanía que se relaciona desde la convivencia pacífica y está comprometida contra cualquier tipo de discriminación...

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Nos situamos en el corazón de la enseñanza

 Nuestro viaje comienza en el corazón mismo de la enseñanza, en el centro educativo, en el que alumnas y alumnos, con sus experiencias, expectativas y necesidades diferentes, compartirán una parte importante de sus vidas. Somos muchas las personas que nos implicamos en la formación de las alumnas y los alumnos. Desde la dirección, las familias, el profesorado, los equipos de orientación, las personas que trabajan en la administración, en el comedor o en el mantenimiento del centro…, sabemos que estos años serán decisivos e intentamos que desarrollen todas sus capacidades  intelectuales, físicas, emocionales y sociales. Queremos que aprendan a relacionarse desde el respeto y el reconocimiento mutuo; que se comprometan con el cuidado de sus vidas y de las personas con las que conviven; que se preparen para afrontar su futuro profesional, libres de estereotipos sexistas, de acuerdo con sus aptitudes y capacidades; y que participen de forma responsable y activa, como ciudadanas y ciudadanos, en la sociedad y el tiempo que les ha tocado vivir. Sabemos que en este lugar ocurren cientos de cosas que tienen un significado muy especial para nuestras alumnas y alumnos. Todos los días lectivos, durante unas horas, se relacionan en las aulas, en los pasillos, en el patio, en el gimnasio…, comparten los pupitres, trabajan en equipo, se identifican con sus iguales, exploran sus sentimientos, se esfuerzan por comprender quiénes son las personas con las que comparten el aula, estudian en soledad o en compañía, y a media voz comentan, desde la complicidad y la amistad, lo que les preocupa o les interesa. Es un tiempo para aprender a relacionarse en igualdad.

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Muchos años viajando hacia la igualdad en educación

Hace tiempo chicas y chicos estudiaban en colegios separados y aprendían lo que la sociedad consideraba apropiado para cada sexo. Ellas se preparaban para habitar el espacio privado, donde eran responsables del cuidado y la atención, y se dedicaban a las tareas domésticas. Ellos se formaban como futuros cabezas de familia para desempeñar un trabajo y ocupar un sitio en el ámbito público. El muro que dividía el mundo en dos espacios se derrumbó gracias al movimiento de las mujeres, ayudado por la llegada de la democracia y la aprobación de la Constitución, en la que se reconoce el principio de igualdad entre mujeres y hombres. Al encontrarse alumnas y alumnos en las mismas aulas, supusimos que, entonces, las relaciones se establecerían de forma natural, llevando a una nueva forma de compartir la vida en igualdad. Sin embargo, pronto comprendimos que sólo estábamos en el principio del viaje. El tiempo había dejado su huella indeleble en todos los rincones de la educación, marcada por los conocimientos y necesidades de sus habitantes. El currículum, la organización del centro, el lenguaje, Educando en Igualdad 5 Muchos años viajando hacia la igualdad en educación las opciones profesionales... estaban diseñadas y pensadas para el hombre, que tendría que desempeñar un papel relevante en el espacio público, en el trabajo remunerado, en la política, en la cultura… Ante esta situación, sólo hay dos soluciones: negar la existencia de las diferencias entre los sexos o intentar un verdadero encuentro, donde las necesidades, aportaciones y experiencias de mujeres y hombres estén presentes en el sistema educativo. La educación no pude quedarse varada en puerto, como era antes, y es necesario fijar un nuevo rumbo que transforme la vida del centro desde las premisas de la coeducación, detectando y visibilizando las situaciones de discriminación que existen, muchas veces de forma velada, en el ámbito educativo; incorporando el saber y el conocimiento de las mujeres al currículum escolar; organizando la vida del centro, teniendo en cuenta las necesidades de las mujeres y los hombres que participan en la comunidad educativa; y proponiendo estrategias educativas para crear relaciones entre los sexos basadas en los mismos derechos, el reconocimiento mutuo, el respeto, la libertad y la corresponsabilidad. En las próximas publicaciones  encontrarás propuestas que definen el modelo coeducativo, las razones por las que es importante educar en igualdad.

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Los siete mejores juegos para niños con dislexia

 Te habías planteado alguna vez que los juegos que tienes en casa pueden ayudar a tu hijo con dislexia a mejorar su aprendizaje? En este artículo, te explico algunos juegos para niños con dislexia que puedes utilizar.

 

  • Twister: Consiste en una alfombra con círculos de colores y una ruleta que se hace girar. La ruleta indica a los jugadores que mano (derecha- izquierda) o pie tienen que colocar en la alfombra y en qué color. El jugador que consiga aguantar más tiempo sin caerse, gana. Muchos niños con dislexia presentan dificultad en discriminar la derecha de la izquierda tanto en su propio cuerpo como en los demás. Éstas dificultades también se transfieren al papel, por este motivo algunos niños confunde las letras en espejo «p-q», «b-d», «a-o» entre otras.
  • Tangram: Juego de formar figuras con piezas geométricas. El niño tiene que conseguir formar la figura que indica la lámina antes que su oponente. Este juego es ideal para mejorar la orientación espacial en el plano en niños con dislexia.
  • Memory: Este juego consiste en realizar parejas de cartas. Se distribuyen las cartas de una baraja por la mesa. Cada jugador levanta dos cartas, si son pareja se las lleva, sino lo son las vuelve a tapar. Cada vez que un jugador consigue una pareja, vuelve a destapar dos cartas más de la baraja. El jugador que consiga más parejas gana. Este juego es recomendable para niños con problemas en la memoria a corto plazo.
  • Lince: Juego de encontrar objetos en un tablero. Cada niño debe sacar una ficha de un cubo y buscar la imagen en un tablero para luego colocarla encima. El niño que encuentre más rápido las imágenes que le tocan al azar, gana. Es muy útil para desarrollar la agudeza visual, reflejos y la atención en niños con dislexia.
  • Booggle Slam: Juego de cartas de crear palabras con cuatro letras cambiando cada vez una letra. Este juego es recomendable para niños con dislexia fonológica ya que desarrolla las siguientes habilidades: Reconocimiento de letras, acceso léxico y ortografía
  • Scrabble Dash: Juego de palabras con cartas. Consiste en formar palabras siguiendo las instrucciones de la carta prueba: verbo, nombre propio, palabra de tres letras, palabras que empiecen por…., palabra que termine en…, etc. Este juego es recomendable para niños con dislexia ya que además de desarrollar las habilidades mencionadas en el juego anterior, también se trabaja la conciencia fonológica

¿Son estos juegos la solución a la dislexia en niños?

La respuesta es no, pero sí que son una buena herramienta para mejorar algunos aspectos en los que los niños con dislexia tienen problemas y que les dificultan el correcto aprendizaje de la lecto-escritura. 

¿Cuáles son las ventajas de estos juegos para niños con dislexia?

Los padres podéis jugar con vuestros hijos y además ayudarles en su aprendizaje. Los niños aprenden mejor jugando al igual que los adultos. Cuanto más atractivo es el material con el que se trabaja, la persona tiene más ganas de aprender. También sirven para logopedas si se combinan con materiales específicos para la dislexia y se adaptan a cada caso en particular.

Los 10 falsos mitos sobre la dislexia

La dislexia es un trastorno del neurodesarrollo que afecta al aprendizaje de la lectura y fundamentalmente a la velocidad y precisión lectora. Uno de cada catorce niños presenta este trastorno.


1. De antecedentes familiares disléxicos, hijo disléxico 

Tener antecedentes de familiares no determina que el niño/a va a tener dislexia, pero sí que lo predispone. Por tanto, si un niño tiene antecedentes se le debe seguir desde el principio de Educación Infantil para poder detectar e intervenir lo antes posible.

2. Si un niño es zurdo tiene más probabilidades de tener dislexia

Antiguamente se pensaba que ser zurdo provocaba dificultades en la lectura y la escritura y durante muchos años se obligó a estos niños a escribir con la derecha. Esto ha generado un conjunto de mitos que todavía se mantienen y que no tienen ningún fundamento científico. Ser zurdo no predispone a tener problemas de lectura.

3. Si el niño confunde las palabras en espejo al leer y escribir es disléxico                         

Leer y escribir en espejo lo hacen muchísimos niños en estadios iniciales del aprendizaje de la lectura pero, posteriormente, estos errores desaparecen. Hay, eso sí, algunos niños con dislexia que arrastran estos errores durante más tiempo, pero no todos lo hacen. Por tanto, este no es un marcador sobre tener dislexia, sino que lo es leer con lentitud y con errores que no son esperables para su edad.

4. La dislexia no se manifiesta hasta los 7 años

Hay una cierta tradición de esperar cuando un niño no aprende a leer al mismo ritmo que los compañeros de clase pensado que posteriormente evolucionará. Esta es una práctica totalmente desaconsejable. Lo importante no es el diagnóstico, sino la detección e intervención lo más temprana posible. No debemos esperar a que fracase y sí empezar a trabajar desde el primer signo de alerta.

5. Un mal hábito de lectura puede provocar la dislexia

La dislexia no se genera por una falta de hábito lector sino por un conjunto de variables. La raíz del problema es una predisposición genética que genera un déficit fonológico, pero este no es suficiente para explicar la heterogeneidad de las dificultades lectoras. Hay numerosos factores de riesgo a nivel biológico, cognitivo y ambiental. Por lo tanto, debemos maximizar los efectos beneficiosos que el ambiente puede aportar, como hacer un trabajo sistemático e intensivo en las escuelas y un hábito de lectura diario en casa.

6. Es una enfermedad que con el tratamiento adecuado se cura

La dislexia no es una enfermedad, es un trastorno del aprendizaje que no se cura, sino que mejora con una tratamiento adecuado. Muchos estudios han mostrado que con una intervención temprana e intensiva entre el 56 % y el 92 % de estos niños logran alcanzar el nivel de lectura promedio. Aunque hay diferentes grados de afectación, cuanto más tarde se haga esa intervención menor será el grado de mejora.

7. Los niños con dislexia son vagos que no se esfuerzan para aprender a leer

Este es un mito que se debe desterrar de las aulas. Los niños con dislexia no son vagos, sino que tienen muchas dificultades para leer. No hay ningún niño que no quiera aprender a leer bien. Lo importante es proporcionarle a cada uno las mejores estrategias y actividades para que pueda conseguir su máximo potencial.

8. Los disléxicos tienen un cociente intelectual bajo

Justamente un criterio para poder ser diagnosticado con dislexia es tener un cociente intelectual dentro de los parámetros de la normalidad. Por tanto, son niños con una inteligencia normal, pero su dificultad reside justamente en una problemática concreta para automatizar la lectura. El gran reto para ellos es que en la escuela primero se aprende a leer y luego se aprende leyendo y si una de las principales herramientas de aprendizaje está afectada, su rendimiento escolar también lo estará.

9. Hay algunos métodos milagrosos que curan la dislexia

Existen múltiples y variados métodos que prometen grandes resultados como la integración auditiva (Tomatis), la terapia visual (optometría), las lentes de colores o la integración sensorial. Los estudios científicos han mostrado que no producen mejoras en el rendimiento lector. La única intervención que se ha visto que es efectiva es la que se centra en el trabajo de las habilidades fonológicas (la conciencia fonológica y del principio alfabético) y la práctica de la lectura.

10. Las personas con dislexia son más creativas y excelentes en otras áreas

Lamentablemente no es así. Aunque hay muchos listados de famosos con dislexia, su genialidad no es consecuencia de tener este trastorno sino que, al ser muy frecuente, es normal que haya un gran número de personas, también famosas, que la tengan. Sin embargo, el dato esencial y con el que debemos quedarnos es que, aunque esas personas presentaban dislexia, esta no les impidió triunfar en sus respectivos campos.

Esperamos que la clarificación de estos mitos pueda ayudar a una mejor atención de las personas con problemas de lectura, tanto para padres como para docentes.

La metodología TPACK: en qué consiste este modelo y cuáles son sus ventajas

TPACK es la sigla que corresponde en inglés al concepto Technological Pedagogical Content Knowledge (Conocimiento Técnico Pedagógico del Contenido) que estudia la integración de la tecnología en la educación. 

Según el modelo TPACK los maestros disponen de tres áreas de conocimiento:

  • La disciplina o contenidos (CK) sobre los que imparten clase (matemáticas, inglés, lengua…)

  • Pedagógico (PK): las distintas metodologías o formas de enseñar que aplican en el aula.

  • Tecnológico (TK): los recursos y herramientas tecnológicas que utilizan para enseñar los distintos contenidos.

Al combinar entre sí los tres elementos del modelo TPACK, se obtienen siete conocimientos específicos:

  • PCK o conocimiento pedagógico del contenido: el docente interpreta la materia que va a impartir y encuentra diversas vías pedagógicas para enseñarla y adaptarla a través de distintos materiales, haciéndola accesible a la diversidad de sus alumnos.

  • TCK o conocimiento tecnológico del contenido: al dominar la materia sobre la que imparten clase serán capaces de entender las necesidades tecnológicas específicas que son adecuadas para lograr su aprendizaje.


  • TPK o conocimiento tecnológico pedagógico: implica comprender cómo afecta el uso de determinadas herramientas al aprendizaje y saber si son las óptimas o no para determinados fines.


Este programa está diseñado para aprender todos los recursos y herramientas necesarias sobre tecnología educativa y su aplicación pedagógica en el aula. Aborda además un aspecto fundamental: el efecto que tienen las TIC en el aprendizaje y la relevancia de la neuroeducación aplicada a las nuevas tecnologías. El conocimiento en profundidad de las tecnologías educativas y su impacto en el aprendizaje permite a los docentes integrar las competencias digitales con sus conocimientos pedagógicos y desarrollar su labor integrando la tecnología adecuada para cada proceso educativo.


Actividades artísticas para estimular la imaginación en clase y en cas

 Los primeros años de vida se caracterizan por una gran capacidad creativa e imaginativa. Por ello, es importante fomentar esa actitud y motivar el desarrollo de la imaginación de los más pequeños todo lo posible tanto en casa como en el aula. Existen múltiples formas de incentivar estas destrezas, ya sea mediante la realización de actividades artísticas o visualizando charlas donde la creatividad es la protagonista. 


Diario de sueños

El mundo onírico representa la imaginación llevada al máximo. En él puede ocurrir cualquier cosa y es posible aprovechar su versatilidad para trabajar la imaginación. Animar a los menores a crear un cuaderno donde apuntar sus sueños es una forma divertida y fructífera de trabajar esta facultad. Pueden escoger el que más les guste e incluso decorarlo para que la actividad sea más personal. Después, tendrán que relatar en él, en forma de diario, aquello que han soñado durante la noche. Además de fomentar la imaginación, es una buena manera de estimular la memoria y de tener un recuerdo original para el futuro.


Teatro de sombras chinas

Con una sábana blanca y una lámpara, es posible representar en forma de teatro todas las historias que los menores sean capaces de imaginar. Debido a su sencillez, es una actividad que puede realizarse tanto en el aula como en clase. Para estimular aún más la imaginación y la creatividad, los participantes pueden crear su propia obra de teatro: elegir la trama, los personajes, el escenario… y posteriormente reproducirlo sin miedos frente al público. Otra idea puede ser recurrir a una película que los menores tendrán que imitar para que sus compañeros traten de adivinar de cuál se trata.


Pintar música 


Combinar estas dos actividades artísticas permite estimular tanto la imaginación como los sentidos. Para llevarla a cabo es necesario contar con folios, rotuladores, un reproductor de música y muchas ganas de explorar la creatividad. Los menores pueden trabajar en grupo, creando un mural, o de manera individual para después exponer a sus compañeros qué es lo que han querido transmitir con su dibujo musical. Es posible trabajar este ejercicio con cualquier género y, aprovechar, para enseñar a los más pequeños clásicos de la historia. Un ejemplo para poner en práctica esta actividad puede ser la canción de Bohemian Rhapsody de Queen, con la que podrán expandir estas destrezas al máximo. 


Escribir relatos en equipo

Para realizar en clase de Lengua o desde casa, los menores tendrán que escribir un relato breve de creación propia trabajando en equipo. El docente o los padres serán los encargados de elegir la frase inicial, a partir de la cual los participantes tendrán que comenzar a desarrollar una historia. Cada uno escribirá un par de frases para dar continuidad al relato pero con una condición: solamente podrán leer la última palabra que ha escrito su compañero y seguir redactando según ellos crean para tratar de formar un cuento coherente. Cuando la última persona ha terminado su parte, se procede a leer todo el relato. ¿Tendrá sentido la historia?

Fiesta de disfraces

Una forma muy divertida de desarrollar la imaginación es disfrazándose. Crear disfraces propios tratando de emular animales, objetos o personajes famosos con objetos que pueden encontrarse por casa es una actividad original para realizar en familia o con amigos. Los menores tendrán que elaborar sus creaciones con todo lo que encuentren, estimulando su imaginación para tratar de conseguir un resultado donde la creatividad sea la protagonista. Una vez disfrazados, es posible organizar un pequeño desfile casero, donde los menores tendrán que lucir sus trajes.